Sortu insta a sus bases a usar «métodos pacíficos» en pleno rebrote de la kale borroka

EL CORREO 30/11/13

· Los radicales arrojan dos ‘cócteles molotov’ contra la sede del PP en Barakaldo, en el quinto ataque de violencia callejera en cuatro días.

· Permach se pregunta «a quién beneficia que en estos momentos se produzcan estos hechos»

La escalada de actos de violencia callejera registrada durante los últimos días en Bizkaia, y la sensación de que la kale borroka puede ir a más obligó ayer a la izquierda abertzale a lanzar un llamamiento a sus bases para que utilicen «métodos pacíficos y democráticos». El mensaje lo envió un dirigente con peso histórico, Joseba Permach, quien mostró su rechazo «más absoluto» al lanzamiento de dos ‘cócteles molotov’ contra la sede del PP en Barakaldo unas horas antes. Un sabotaje que ha encendido todas las alarmas al considerarse un salto cualitativo en la presión que algunos sectores radicales están ejerciendo desde hace días.

El ataque a la sede popular se produjo pasadas las cuatro de la madrugada de ayer. Los artefactos incendiarios ennegrecieron la acera, parte de la fachada del edificio y la persiana del local, ubicado en un primer piso de la calle de los Fueros. Se trata del quinto acto de kale borroka en sólo cuatro días. Y el más grave. El martes se realizaron pintadas en la sede del PP de Las Arenas y en la estación de Metro de Algorta. Horas después, varios desconocidos quemaron tres contenedores en el barrio bilbaíno de Rekalde, en una acción que se repitió un día después en Santutxu.

La sucesión de sabotajes provocó el miércoles una primera reacción en Sortu, obligado a hacer auténticos equilibrios para reafirmar su apuesta por las vías exclusivamente políticas y evitar que el Gobierno de Mariano Rajoy tenga argumentos para iniciar su proceso de ilegalización, y al mismo tiempo no desairar demasiado a parte de sus bases, las más reacias a romper de forma definitiva con el pasado. Se trataría de grupos minoritarios, pero muy radicalizados, asentados en Bizkaia y, según algunas fuentes, no del todo controlados por la dirección abertzale. El portavoz de Sortu, Pernando Barrena, consideró entonces que su formación «no comparte en absoluto» esos ataques, que consideró «fuera de tiempo y de lugar».

La sensación de que la izquierda abertzale está sobrepasada y de que esta oleada de agresiones le ha cogido con el pie cambiado y sin un discurso definido se evidenció ayer. La primera en intervenir fue la portavoz de EH Bildu en el Parlamento. Durante una rueda de prensa en Vitoria para hablar de Presupuestos, Laura Mintegi evitó criticar de forma expresa el atentado de Barakaldo, y se limitó a manifestar que «todos los días, desgraciadamente, se producen sucesos de violencia de un tipo u otro, política o económica». Sólo añadió que «no traen nada bueno», que le «preocupan» y que deben ser «apartados» en una democracia «sana».

A la misma hora, pero en San Sebastián, compareció Permach, miembro de Sortu e histórico exdirigente de la ilegalizada Batasuna. Apareció ante los medios de comunicación como representante de EH Bildu, acompañado de Oskar Matute, portavoz de otro de los partidos incluidos en la coalición soberanista, Alternatiba. Su objetivo era hablar sobre Fagor, pero al igual que le ocurrió a Mintegi, se vio obligado a tratar de la kale borroka.

«Doble moral»

Permach, con un gran ascendiente sobre la militancia, fue mucho más contundente que la portavoz parlamentaria de EH Bildu. Expresó de «forma clara y nítida» su «más absoluto rechazo» al ataque contra la sede del PP, aunque más por razones prácticas que de fondo.

Aludió, aunque no de forma explícita, al miedo existente en la izquierda abertzale a sufrir otro proceso de ilegalización. Permach se preguntó «a quién beneficia que en estos momentos se produzcan este tipo de hechos» cuando «determinados sectores del Estado» están impulsando «un proceso de involución». Por este motivo hizo un llamamiento para que «todas las personas que quieran seguir trabajando por el respeto de los derechos humanos que están siendo conculcados a los presos» lo hagan «claramente utilizando métodos pacíficos y democráticos».

Los sabotajes han estado vinculados con la protesta realizada por varios etarras internos en la cárcel de Sevilla, que el jueves abandonaron la huelga de hambre que habían desarrollado durante un mes. Aun así, sus familiares tienen previsto realizar una manifestación mañana en San Sebastián y esta tarde habrá otra concentración en Bilbao.

Cuatro horas después de que hablasen Mintegi y Permach, el grupo parlamentario de EH Bildu emitía un comunicado en el que fusionaba ambos discursos y criticaba la «doble moral» del PNV, PSE y PP por denunciar ataques que provocan «daños materiales» mientras se dedican a «callar» cuando los derechos de los reclusos son «vulnerados». No es la primera vez que la izquierda abertzale se encuentra en una posición similar. Durante el verano de 2010, también se desmarcó de varios actos de kale borroka registrados en los días previos a la Aste Nagusia de Bilbao al señalar que quedaban fuera de su «estrategia». A pesar del desmarque oficial, la cascada de actos de violencia callejera ha puesto en alerta tanto a las fuerzas de seguridad como al resto de partidos.

La portavoz del PSE, Idoia Mendia, por ejemplo, aseguró que la dirección de la izquierda abertzale no hace los esfuerzos suficientes para que entre sus bases «cale» el mensaje de que sólo se puede hacer política «usando la palabra». Tanto el PNV como el PSE y el PP consideraron alarmantes las declaraciones realizadas a mediados de noviembre por el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, en las que aseguró a un grupo de militantes que la izquierda abertzale no reniega de su pasado.

EL CORREO 30/11/13