Triunfo de Podemos frente al soberanismo

EL MUNDO – 21/12/15

· Caída de Convergència, que pasa de 16 a 8 diputados, mientras ERC triplica resultados.

Cataluña se ha convertido en el nuevo bastión de Podemos gracias a la victoria holgada del partido morado con 12 escaños y a la caída de Convergència, que sólo ha logrado ocho con su marca Democràcia i Llibertat. El compromiso claro de Pablo Iglesias de celebrar un referéndum vinculante en menos de un año, la implicación de Ada Colau en la candidatura catalana y la investidura fallida de Artur Mas como presidente de la Generalitat han sido determinantes para dibujar un mapa más fragmentado que nunca, con el frenazo de los partidos favorables a la independencia unilateral –la suma de CDC y ERC en 2011 se traducía en 19 escaños, mientras que ahora logra 17– y las caídas históricas de PP y PSC a favor de Ciudadanos, que consigue cinco diputados.

Podemos ha abierto una tercera vía para Cataluña con su apuesta nítida por el derecho a decidir y el compromiso de exigir la celebración de una consulta vinculante en Cataluña para pactar con cualquier otra formación a partir de hoy. Un aval que ha convencido a muchos votantes moderados de Junts pel Sí, que no ven con buenos ojos la ruptura unilateral que defienden Convergència y ERC en el Parlament. En esta contienda electoral también ha contribuido la ausencia de la CUP y el trasvase de votos a En Comú Podem, la marca que Pablo Iglesias acordó con la formación municipalista de Ada Colau para estos comicios.

Además, en Cataluña se ha vuelto a producir el llamado «voto dual», muy característico en esta comunidad, que ha permitido a PSC y CiU alternarse en el primer puesto de las elecciones generales y catalanas dependiendo de las circunstancias. Ahora, Podemos ha roto esta tendencia y ha irrumpido en dos de las cuatro circunscripciones catalanas con triunfos en Barcelona (nueve escaños), la zona más poblada y la que más escaños reparte, y en Tarragona (uno).

EL ‘EFECTO COLAU’

En esta victoria ha tenido mucho que ver la implicación de la alcaldesa de la capital catalana, que ha participado en más actos de los previstos y ha abanderado la «oleada de cambio» que, a su juicio, empezó en las elecciones municipales. También ha sumado adeptos la presencia de Pablo Iglesias y la buena sintonía pública que ha exhibido con Ada Colau después de las tiranteces que hubo entre ambos el 27-S.

El soberanismo cae respecto a los comicios generales de hace cuatro años y a los resultados del 27-S –cuando obtuvieron hasta 1,6 millones de votos– pese al ascenso fulgurante de ERC, que ha pasado de tres a nueve escaños en el Congreso con su apuesta sin ambages a favor de la ruptura. La pierna coja de este flanco ha sido Convergència, que ha bajado hasta los ocho diputados, la mitad que hace cuatro años. Los últimos casos de corrupción vinculados al partido de Mas –con el llamado 3% a la cabeza– han sido determinantes pese a los esfuerzos por ocultar sus siglas y presentarse con la marca Democràcia i Llibertat.

La incapacidad de Junts pel Sí de llegar a un acuerdo con la CUP para la investidura de Artur Mas también ha acabado por minar las expectativas del bloque independentista, que llegó a plantear estas elecciones como «un plebiscito del plebiscito» del 27-S. En este sentido, el resultado de Convergència combinado con el ascenso de Esquerra puede llevar a la CUP a presionar con el fin de que Junts pel Sí proponga un candidato alternativo para la Presidencia de la Generalitat.

La corrupción también ha pasado factura al PSC y al PP, que han protagonizado sonoras caídas en suelo catalán y han pasado de tener 14 y 11 escaños respectivamente a lograr ahora ocho y cinco. Ciudadanos, también con cinco, y En Comú Podem han sido los principales beneficiados en la lucha de la vieja política contra las nuevas formaciones.

En este sentido, el bipartidismo se esfuma en una comunidad que también ha sancionado los recortes vinculados al PP y a Convergència en un escenario sin lugar para Unió, que no ha conseguido ningún escaño en el Congreso.