JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • Sin advertir la necesidad de un jefe de riesgos, desarrollaron iniciativas dirigidas a «promover la inclusión»

Las principales inversoras del mundo apostaron por el Silicon Valley Bank. ¿Acaso no calculan sus riesgos? Si ellos no lo hacen, o no de forma correcta, ¿quién entonces? Cabe una explicación bastante sencilla: dentro de su cartera, las grandes gestoras de inversión poseen una parte en empresas de riesgo elevado, y el recientemente quebrado SVB estaba especializado en ‘startups’.

Eso sí, de una entidad tal se espera un tratamiento especializado del riesgo, más sofisticado, basado en criterios diferentes a los que usan los bancos con los que la mayoría trabajamos. Iba a decir los bancos que trabajan para nosotros, pero he recordado las crecientes dificultades que el sector ha ido introduciendo, sobre todo a los afectados por la brecha digital. Por no mencionar nuevas comisiones impensables hace algunos años.

La crisis de 2008 se originó en el sistema financiero y, en cascada, afectó al conjunto de la economía. Luego pareció que algunas prácticas bancarias se habían corregido. Por ejemplo, la venta de productos financieros opacos a clientes sin capacidad de sospechar el riesgo en que se incurre cuando ni siquiera tu amable bancario tiene la menor idea de lo que te está vendiendo. Ahora resulta que una parte de la banca española redirige transparentemente a los clientes interesados en deuda pública hacia una compra a corto plazo y les imponen una comisión desmesurada.

La contumacia en los hábitos voraces confirma que el negocio tradicional de la banca está mutando para convertirse en algo distinto a lo que conocíamos. ¿Serán pronto los principales bancos apéndices de esas inmensas plataformas tecnológicas cuya vis expansiva se está demostrando imparable?

Lo raro de la crisis que ahora apunta –ojalá se ataje, por el bien de todos– es la pústula que ha reventado: una medianía de entidad financiera que ha castigado severamente, y de inmediato, los índices bursátiles. En especial a las empresas cotizadas de su sector. Con la peculiaridad, tristemente conocida, de que cuando ese sector enferma mueren muchas empresas. La banca es como el sistema sanguíneo del cuerpo económico. Echemos un vistazo a algunas rarezas de SVB.

El año pasado, la entidad estuvo sin jefe de operaciones de riesgo. ¡Un banco para ‘startups’! ¿Cuál fue el criterio para financiarlas? Las que lo tenían mejor eran las centradas en trabajar «por el planeta». Sin advertir la necesidad de un jefe de riesgos, desarrollaron iniciativas dirigidas a «promover la inclusión» y las energías limpias. En Europa celebraron el Orgullo durante un mes. Iban a invertir cinco millardos de dólares antes de 2027 en «sostenibilidad». Podían permitirse todo este alardeo moral, que seguramente les sonará familiar en el discurso de muchas otras entidades, gracias al truco más fácil del mundo (si eres un banco): tomar dinero al 0% y meterlo en deuda pública. Hasta que el dinero dejó de ser gratis. Oh.