Trump escandaliza a Europa

LIBERTAD DIGITAL 30/05/17
CRISTINA LOSADA

· No es casualidad, ni fue una ‘gañanada’ suya más, que el norteamericano sermoneara a los otros líderes de la OTAN por no gastar más dinero en defensa.

Trump es Trump. No es un político convencional y llegó a la presidencia de EEUU precisamente porque no lo es. Cuando empezó su andadura en la Casa Blanca, mantuvo su costumbre de lanzar andanadas en Twitter, y en la diplomacia europea esto provocó más de un alzamiento de cejas. Nadie sabía si sus tuits eran un chiste o eran realmente directrices políticas. Directrices que, además, cambiaban al albur de sus estados de ánimo. Así las cosas, su primer encuentro cara a cara con líderes europeos se presentaba interesante. Podía pasar cualquier cosa. Y pasó. El empujón del presidente Trump al primer ministro de Montenegro para situarse en primera fila de la foto, captado en vídeo, dio la vuelta al mundo y se elevó a metáfora. Bueno, nada de metáfora: Trump es así. «El patán en jefe», lo llamó el diario alemán Handelsblatt.

Nadie esperaba que Trump se comportara en la etapa inicial de su primera salida al exterior, en Arabia Saudí e Israel. Por eso sorprendió que allí fuera comedido, respetara el guión y pronunciara unos discursos aceptables. Algunos lo atribuyen a que los saudíes le dispensaron un trato principesco y lo tuvieron contento. En cambio, el manual de instrucciones de que disponían los dirigentes europeos para tratar con Trump no incluía especiales gestos de hospitalidad y pleitesía, sino consejos tales como no abrumarlo con intervenciones largas. A fin de cuentas, Trump no es el rey del mambo. Para hacerlo ver, Macron, en un encuentro bilateral, convirtió en un pulso el convencional apretón de manos.

Más allá de los gestos, estuvieron las palabras. Las de Angela Merkel, en concreto, justo después de las cumbres de la OTAN y el G-7, también están dando la vuelta al mundo. En Múnich, en una fiesta cervecera, la canciller alemana dijo, refiriéndose a sus experiencias de los «últimos días»:

 
· Los tiempos en que podíamos depender totalmente de otros han terminado hasta cierto punto, y por eso sólo puedo decir que nosotros, los europeos, tenemos que tomar nuestro destino realmente en nuestras manos.

No citó a Trump, tampoco al Reino Unido, pero se entendió que hacía una clara alusión a ambos. Europa, la Europa continental, la Europa reunida en la UE, ya no puede contar con el amigo americano, ahora de retorno al aislacionismo, ni con el socio británico: se ha quedado sola.

A uno y otro lado del Atlántico, las palabras de Merkel se interpretan como un giro copernicano. Poco menos que como el anuncio del final de una era de cooperación transatlántica, que fue garante de la seguridad de Occidente desde el fin de la Segunda Guerra. Sin embargo, antes de dar por hecho un final de era, que siempre queda bien en titulares, no hay que perder de vista los motivos de fondo de la disputa entre Estados Unidos y Alemania. Una disputa económica. Una disputa comercial. Como expuso en su día uno de los principales asesores económicos de Trump, a EEUU le perjudica tanto el enorme superávit comercial de Alemania como la depreciación del euro respecto del dólar. Una de las maneras de conseguir el reequilibrio de la balanza comercial a favor de EEUU que tiene en mente el equipo de Trump es presionar, sobre todo a Alemania, para que incremente su gasto de defensa y compre armamento made in USA.

No es casualidad, ni fue una gañanada más de Trump, que sermoneara a los otros líderes de la OTAN por no gastar más dinero en defensa, para pasmo y risitas de algunos de ellos. Forma parte de su estrategia económica. Equivocada o no, es la política que va a seguir. Los europeos, y Alemania en particular, no han visto más que el principio de esta guerra.

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