Un frente plebiscitario común en Cataluña

EL MUNDO 23/02/14

· Asesores de Mas diseñan ya un plan electoral para después del 9 de noviembre Planean llevar el derecho a decidir a los programas de CiU, ERC, IU-ICV y CUP.

El diálogo entre Artur Mas y Mariano Rajoy lleva meses en punto muerto. El presidente de la Generalitat mantiene el pulso de las aspiraciones soberanistas mientras el presidente del Gobierno considera que su negativa rotunda a la celebración del referéndum independentista no debe suscitar en nadie dudas. Las espadas están en alto y no se vislumbra una salida. En el entorno de Mas, sin embargo, se empiezan a diseñar planes B para afrontar el día después; qué camino seguir una vez pase la fecha del 9 de noviembre sin que se haya podido celebrar el anunciado referéndum con doble pregunta.

Mas y sus aliados insisten en que los catalanes se pronunciarán por una vía u otra. Mantienen aún la esperanza de que el Gobierno central se preste a considerar la posibilidad de que en Cataluña se celebre una consulta no referendaria, una suerte de sondeo entre la ciudadanía que al menos aplaque el deseo de expresarse de una parte de los catalanes.

Afirman que este tipo de consulta es plenamente legal y cabe dentro del marco de la Carta Magna. Las fuentes consultadas en CiU esgrimen el artículo 122 del Estatut, admitido por el Tribunal Constitucional, que otorga a la Generalitat la competencia exclusiva para el establecimiento del régimen jurídico, las modalidades, el procedimiento, la realización y la convocatoria por la propia Generalitat, o por los entes locales, en el ámbito de sus competencias, de encuestas, audiencias públicas, foros de participación y cualquier otro instrumento de consulta popular, con excepción de lo previsto en el artículo 149.1.32 de la Constitución, es decir, la celebración de este tipo de consultas por vía de referéndum. Creen incluso que la consulta no referendaria podría celebrarse con un censo de elaboración propia, partiendo del que existe en el servicio de salud catalán.

Señalan también que en las conversaciones mantenidas entre Mas y Rajoy a finales de agosto, el president planteó esta posibilidad y en su entorno apuntan que la impresión que obtuvo del presidente del Gobierno no fue de cerrazón total. Correcta o no esta lectura, sí constatan el hecho de que tras las manifestaciones del 11 de septiembre la esperanza de avanzar por ese camino se desvaneció.

«El Gobierno empezó a dar pasos atrás, hasta que se replegó totalmente cuando, en diciembre, se anunció la doble pregunta que se pretende someter a la ciudadanía el 9 de noviembre», explican, lamentando el hecho de que la Generalitat se prestara a avanzar sin pausa, acuciada por sus socios más radicales de ERC.

Ahora, los asesores del president ponen la vista en un nuevo escenario, más allá del próximo otoño. La primera cuestión de su debate gira en torno a la necesidad o no de anticipar elecciones una vez se constate que el 9 de noviembre es una fecha vacía.

Dos corrientes se enfrentan: de un lado, los que consideran que será inevitable la anticipación de los comicios, habida cuenta de que a Artur Mas le resultará imposible mantener viva la llama de la aspiración soberanista y su liderazgo se desmoronaría por sí solo; y, de otro, los que creen que sería nefasta, por la inestabilidad que traslada la imagen de una Comunidad que acude a las urnas cada dos años.

Éstos alertan, además, de que unas elecciones adelantadas supondrían el hundimiento inevitable de CiU a manos de ERC, y añaden a sus argumentos que convendría esperar, para lanzar de nuevo el órdago, a contar con una composición de fuerzas en el Congreso de los Diputados más favorable a sus intereses que la actual: una Cámara sin el dominio absoluto del PP, algo que vaticinan que sucederá en las elecciones generales de 2015.

En cualquiera de los dos casos los comicios se afrontarían con un plan: conseguir que todas las formaciones que batallan por el derecho a decidir formaran un frente común. No se trata de acudir a las urnas con una sola lista, objetivo de todo punto imposible, sino de lograr que todas ellas incluyan como primer punto de su programa electoral, con un texto meticulosamente medido, la esencia de la declaración soberanista aprobada por el Parlament y recurrida ante el Tribunal Constitucional por el Gobierno central; es decir, que el pueblo de Cataluña tiene carácter de sujeto político y jurídico soberano y que está dispuesto a ejercer el derecho a decidir su futuro político colectivo.

Las fuentes nacionalistas consultadas argumentan que ésta sería la clave de las llamadas elecciones plebiscitarias. Creen que permitiría poner en evidencia, ya sin intermediarios de ningún tipo, que la garante del derecho a decidir es la propia expresión mayoritaria de la voluntad popular.

Cuentan con que una estrategia así recabaría en las urnas, como mínimo, el respaldo del 60% de los votantes. Los cálculos se hacen partiendo de los resultados obtenidos por cada una de las formaciones que apoyan la autodeterminación en las pasadas elecciones. En los comicios de 2012, CiU, ERC, ICV y CUP sumaron el 57,73% de los sufragios, o lo que es lo mismo, un total de 2.093.709 votos.

No descartan, sin embargo, que este porcentaje pueda aumentar, ya que dan por hecho que una parte no desdeñable del electorado socialista podría cambiar de bando. Recuerdan en este punto las graves tensiones internas que se vivieron en el PSC ante la votación de la Declaración de Soberanía en el Parlament, que al final se saldó con la ruptura de la disciplina de voto por parte de cinco diputados, es decir, la cuarta parte de su bancada.

Los socialistas catalanes obtuvieron en los comicios de 2012 un 14,43% de los sufragios, es decir, 523.333 votos.

UN DEBATE A MODO DE ‘ENSAYO’

Los partidos nacionalistas convertirán el Debate sobre el estado de la Nación de este martes en toda una oportunidad de ‘ensayo’ de su nueva estrategia soberanista. Más allá de las intervenciones de sus respectivos portavoces, CiU, ERC e IU-ICV preparan resoluciones iguales o muy parecidas en defensa del ‘derecho a decidir’. Todas ellas serán sometidas a votación en la Cámara y pondrán en evidencia la coordinación de los discursos. El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, declaró ayer que hablará de la «recentralización» que pretende el Gobierno y de su «falta de proyecto» para España, lo que, en definitiva, «impide dar una respuesta» a la cuestión catalana. La consulta soberanista que Cataluña pretende celebrar el 9 de noviembre será también el tema estrella de ERC, según adelantó ayer su portavoz, Alfred Bosch. José Luis Centella, portavoz de la Izquierda Plural, atacará a la «España virtual» del Gobierno.

EL MUNDO 23/02/14