Un Supremo dividido opta por aplazar la decisión sobre el futuro de Otegi

DIARIO VASCO, 29/3/12

Los cinco magistrados no llegaron a un acuerdo sobre el caso Bateragune. Iruin asegura que los condenados actuaban «en contra de ETA»

Había prisa por solventar el asunto, pero no había consenso y, ni mucho menos, unanimidad. Arnaldo Otegi, Rafael Díez Usabiaga y los otros tres condenados por intentar reconstruir Batasuna seguirán por ahora en la cárcel. Los cinco magistrados de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, tras dos horas de deliberaciones y casi tres de escuchar argumentos de defensas y acusaciones, ni siquiera atisbaron un principio de acuerdo sobre si anular o confirmar la sentencia de la Audiencia Nacional que en septiembre castigó a los dos históricos dirigentes abertzales a diez años de cárcel por ser dirigentes de ETA e intentar resucitar, por orden de la organización terrorista, la coalición ilegalizada a través del proyecto Bateragune.

De ser absuelto, Otegi quedaría en libertad de forma inmediata

Los jueces Juan Saavedra, José Manuel Maza, Juan Ramón Berdugo, Alberto Jorge Barreiro y Miguel Colmenero, que ejerce de ponente, tras constatar la división de pareceres prefirieron posponer el debate para una nueva fecha, que no fijaron. Según explicaron fuentes judiciales, los cinco magistrados tuvieron en cuenta de que se trata de un sumario con cinco presos y tenían intención de adelantar el fallo, no toda la sentencia, ayer mismo, solo horas después de escuchar los argumentos de unos y otros en la vista por el recurso de casación. Sin embargo, casi desde el inicio del debate el ponente comprobó que no había un «acuerdo de mínimos» y que las posturas de los magistrados no eran coincidentes porque sobre la mesa había argumentos para anular el fallo, para confirmarlo e, incluso, para ordenar repetir el juicio contra Otegi, Díez Usabiaga y los otros tres militantes independentistas que fueron castigados a ocho años de cárcel, Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez.

Siempre según estas mismas fuentes, el acuerdo de la sala para postergar el fallo no tiene nada que ver con la trascendencia política que tendrá su decisión. De ser absuelto en esta causa, Otegi recuperaría la libertad de forma inmediata ya que no se encuentra en prisión preventiva por ninguna otra causa, si bien tiene pendiente el juicio por el sumario de las ‘herriko tabernas’, financiación ilegal de Batasuna a través de estos bares, en el que podría enfrentarse a una petición de otra decena de años de prisión por pertenencia a ETA.

El abogado Iñigo Iruin, defensor de Díez Usabaiga, fue quien llevó el peso del alegato y pidió la anulación de la sentencia de la Audiencia Nacional, petición a la que se sumaron sus dos compañeros, Jone Goirizelaia, letrada de Otegi y Rodríguez, y Kepa Landa, abogado de Jacinto y Zabaleta. Iruin negó categóricamente la esencia de la sentencia del tribunal de la calle Génova y que consistió en que el exlíder de Batasuna y sus compañeros trabajaran a las órdenes de los terroristas cuando fueron detenidos en octubre de 2009. «Más que someterse a las directrices de ETA, actuaban al margen, cuando no en contra de ella», explicó el letrado.

En su vasta y muy técnica intervención ante el Supremo, el defensor de Díez Usabiaga llamó al tribunal a «mirar hacia adelante» y a «interpretar» el trabajo de los cinco condenados, no con una «visión estática» de lo que ocurría hace dos años y medio, sino «a la luz de que lo que ha sucedido después» en clara referencia al alto el fuego definitivo decretado por ETA el 20 de octubre de 2011. Iruin insistió en que Otegi y el resto de imputados en el sumario de Bateragune, lejos de estar a las órdenes de ETA para evitar que su brazo político fuera independiente, trabajaban en facilitar la «evolución» desde el plano «político-militar» al «estrictamente democrático».

El letrado destacó asimismo la «incongruencia» de condenar a Otegi y a Díez Usabiaga como dirigentes de ETA cuando la propia sentencia apuntaba que seguían las órdenes de ETA, al tiempo que recordó que si la no condena a la violencia terrorista no es suficiente para ilegalizar un partido, tampoco puede serlo para condenar en una causa penal.

Tanto Iruin como Goirzielaia destacaron la contradicción que suponía condenar a los cinco procesados por el intento de resucitar Batasuna a través de Bateragune, cuando el fallo de la Audiencia Nacional reconoció que no era esa siquiera la denominación de la supuesta plataforma de la que formaban parte los imputados.

Declaración

La letrada de Otegi, además, puso especial énfasis reclamar la nulidad del fallo por la parcialidad de la presidenta del tribunal, la magistrada Ángela Murillo, a quien el propio Supremo ordenó repetir otra vista, la del enaltecimiento del etarra José María Sagarduy, por sus prejuicios hacia el exlíder de Batasuna.

En las antípodas de esos razonamientos, la Fiscalía y la acusación popular que ejerce la asociación Voces contra el Terrorismo pidieron a la sala que confirmara punto por punto la sentencia y las condenas recurridas por considerar que sí hay pruebas de que los condenados operaban a las órdenes de ETA.

Entre el público asistente a la vista hubo caras conocidas, la madre de Irene Villa, María Jesús González, el exconcejal de Llodio Santiago Abascal y el presidente de Voces contra el Terrorismo, Francisco José Alcaraz, o el diputado de Amaiur Ion Iñarritu.

La sentencia de la Audiencia Nacional que ahora es revisada sostenía que había pruebas suficientes para concluir que Otegi y Díez Usabiaga no pretendían que la izquierda abertzale rompiera amarras con ETA cuando fueron detenidos, sino que trabajaban para todo lo contrario, para mantener al mundo independentista vasco bajo el control de la organización terrorista y garantizar que siguiera siendo su «brazo político». Y que todo ello lo hacían como destacados «miembros» de la propia ETA, siguiendo las «directrices superiores» de su dirección y «en plena connivencia» con los terroristas y su «estrategia de acumulación de fuerzas soberanistas».

Los magistrados Murillo, Teresa Palacios y Juan Francisco Martel aseguraron que a finales de 2008 los cinco condenados se «constituyeron en sujetos directamente receptores de las órdenes impartidas por ETA, en cuya organización están insertos». Por entonces, entraron a «formar parte de un grupo escogido de las filas de la izquierda abertzale» al que ETA encomendó la creación de un polo soberanista del que debían formar parte «grupos políticos alejados de los designios de la organización terrorista», y del que de forma expresa se «excluía al PNV». Otegi y Díez Usabiaga, siempre de acuerdo a la sentencia, aceptaron liderar ese grupo bajo una premisa impuesta por ETA: «no abandonar la lucha armada».

DIARIO VASCO, 29/3/12