ABC 29/07/15
ANTONIO BURGOS
· El desacato al Rey y la ofensa al Himno que nos representa a todos los españoles sale prácticamente gratis
Aver si me acuerdo cómo era aquella historia judicial de un pueblo que era cabeza de partido. A estrados llegó la vista oral de un juicio de faltas por la clásica bronca de taberna. A uno que se le había calentado la boca con otro, no sé si discutiendo de cacerías o de mujeres, y el acaloramiento llegó a tal punto que le arreó una bofetada que por poco lo tira el suelo. Fuese el abofeteado derechito al cuartel de la Guardia Civil y ante el comandante de puesto formalizó denuncia contra su abofeteante. Pasados los meses que impone la lentitud de nuestra Justicia, celebróse la vista oral del sumario de la bofetada tabernaria. Y como tratábase de asunto de menor cuantía, sobre la marcha dictó verbalmente su señoría sentencia, sin más resultandos ni considerandos, diciendo al del banquillo, tras ordenarle se pusiera en pie:
—Y por haber abofeteado en público a este honrado vecino, impongo al acusado una multa de 250 pesetas.
A lo que el bravucón de taberna, sin darle la menor importancia a la pena que le acababan de endiñar, se echó mano a la cartera, sacó un azul billete de 500 pesetas con el retrato de Rosalía de Castro, se acercó a la mesa del juez, lo depositó sobre ella y dijo:
—Pues ná, señor juez: si pegarle una bofetá a este hijoputa sale tan barato y nada más que cuesta esto, ahí tiene usted cien duros y apúntelo, porque ahora mismito le voy a pegar otra más, porque se la merece el muy cabrón, por denunciarme a la Guardia Civil.
Tras lo cual se fue al asiento donde el denunciante se había sentado tras declarar como perjudicado y le arreó otra bofetada cuyo eco todavía resuena por la sierra de Cazalla. La payasada del Comité Antiviolencia contra la inaceptable pitada a la Marcha Real y, sobre todo, a Su Majestad El Rey Don Felipe VI con ocasión de la Final de Copa me ha recordado aquel lance de estrados pueblerinos. Como pegarle una bofetada a un cateto en una taberna de pueblo salía por mil reales, pitar al Himno del Reino de España y hacer público desacato a Su Majestad sale a 6.000 euros, que es lo que el Comité Antiviolencia ha puesto de multa al Barcelona, vulgo Barsa. Eso: Barsa y olé. Porque para los catalanes la pela es la pela y parece que tienen higos chumbos en el bolsillo a la hora de meterse la mano para sacar el parné y pagar, pero si fueran de otra condición, hubieran dicho como el cateto multado: