Libremercado-Mikel Buesa
- Intenta convencernos a los españoles de que estamos ciegos y no vemos lo bien que nos va a todos con Sánchez
Dicen que el papel lo aguanta todo, desde las maravillosas páginas escritas por nuestros literatos hasta la bazofia especulativa de los planes de nuestro Gobierno. Una economía de papel es lo que últimamente, con harta frecuencia, nos suelta en discursos y declaraciones de ocasión la ministra Calviño.
Hubo una vez en la que, en sus comienzos, señalé que «Nadia es Nadie», para destacar sus silencios ante las disparatadas especulaciones de los miembros del Gobierno en materia de economía. Pero ahora conviene rectificar porque doña Nadia le ha cogido gusto al micrófono para repetir día a día casi la misma declaración. Que todo analista sensato ve que lo de nuestra economía va a trancas y barrancas –y sobre todo peor que la de nuestros socios europeos– no importa porque para ella la recuperación es sólida y, además, la española es la economía que más va a crecer en el futuro. Que luego viene una guerra, pues pelillos a la mar porque España está lejos de Rusia y, en todo caso, las conexiones comerciales con el país agresor son más débiles que para los centroeuropeos. A Nadia nada la detiene, ni siquiera el desorbitado aumento de los precios energéticos, pues según ella eso va a durar poco y además «estamos tomando medidas», porque el Gobierno, aunque no le luzca, «trabaja mucho». Claro que si una de esas medidas es una rebaja de veinte céntimos en los carburantes y si, para más inri, las petroleras parece que se benefician de ella porque no sujetan los precios, entonces la ministra de Economía –a la que suponíamos experta en asuntos de la competencia— se sorprende y señala con tono grave que si el Gobierno constata eso que los demás vemos, entonces tomará medidas correctoras. Pero, eso sí, nunca reconocerá la menor crítica a lo ya publicado en el Boletín Oficial del Estado. Así que la verborrea nadiaista es más o menos como lo de antes, pero con más ruido. O sea que callar es aproximadamente igual que soltar palabras, pues todo ello es un sinsentido.
Lo malo es que eso mismo se puede decir de la economía de papel que la ministra del ramo refleja en los informes que manda periódicamente a Bruselas. ¿Que el INE dice que la cosa del crecimiento se resiente y la inflación está chunga? Pues se corrigen las cifras y aquí paz y después gloria. ¡Qué más da si donde dije digo, digo Diego, si así después de meses de no enmendarlas alineo eso que llamo previsiones a lo que ya vienen señalando los institutos más prestigiosos y los organismos internacionales! ¡Eso: qué más da!