Una mancha de mora con otra se quita

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 29/4/12

Hoy, as usual, Victoria Prego publica una gran preguería, El ministro tiene un planque deberían leer de manera complementaria al comentario de ayer, del que se perdió un último párrafo en el que pretendía  plantear un caso práctico, una solución a un problema doméstico de amplio espectro: vale tanto para que un ministro del Interior construya un plan reinsertador para presos etarras y lo camufle en un espectro más amplio mediante la integración como destinatarios (target, se dice en términos publicitarios) de los islamistas y los terroristas del Grapo como para el ámbito doméstico.

La mancha de mora es una metáfora, pero no es frecuente que a la edad del ministro del Interior o a la suya, amable/a lector/a, dediquen ustedes las tardes de los sábados a buscar moras y pincharse con las zarzas. No es sólo la edad, la vida urbana lo hace prácticamente imposible. Pero sí es perfectamente imaginable querida señora, que en una cena de sábado le haya caído una gota de vino tinto en esa blusa tan bonita o en la camisa de su marido. ¿Qué hacer? pregunta pertinente que no sólo se planteó Lenin en esta vida.

Vaya usted a la vinoteca más próxima a su casa y compre una botella tipo magnum de vino de Toro, un ‘Pintia’ puede servir. ¿Por qué vino de Toro? Su riqueza en taninos proporciona un color intenso, que no dejará rastro de las gotas de un Rioja, ni siquiera de un Ribera del Duero. Vacíela en un balde y sumerja la prenda en ella durante un par de horas y listo.

Caso práctico: el del grapo Fernando Silva Sande. Hoy, El Mundo publica en ‘Crónica’ un adelanto de sus memorias. Es un terrorista contrito que hace ya diez años oposita a la Vía Nanclares, un protoarrepentido, como puede leerse en el texto. Mucho más, sin duda, que  los pocos etarras acogidos a la vía Nanclares, cuyo distanciamiento es de atrición, por usar una palabra muy bonita aplicable al sacramento de la Penitencia: la lucha armada no es efectiva, etc. Lo del grapo es contrición: se ve un pesar por el mal causado, una consideración moral sobre los propios hechos, con una salvedad: de momento, el proyecto de Memorias no incluye un capítulo sobre el secuestro, asesinato y desaparición del empresario Publio Cordón. Silva Sande dijo dónde creía que estaba enterrada su víctima, pero el cadáver no apareció. Este asunto, ¿contará como prueba de su colaboración con la Policía y le permitirá acceder a beneficios penitenciarios o en casos como éste se exigirán resultados prácticos?

Santiago González, santiagonzalez.wordpress.com, 29/4/12