Violeta no es una vaca

SALVADOR SOSTRES, EL MUNDO 26/01/13

· Cuando en 1853 La Traviata se estrenó en la Fenice, el público se burló de la representación por la excesiva edad y obesidad de la soprano Fanny Salvini-Donatelli, que quedaba grotesca en el rol de Violeta Valéry. Verdi escribió a su amigo Muzio: «La Traviata, anoche, un fracaso. ¿Fallo mío o de los cantantes? El tiempo lo dirá». Ligeramente retocada y con la soprano Maria Spezia-Aldighieri, la obra se estrenó en 1855 en el Liceo de Barcelona y desde entonces su popularidad ha sido constante y se ha mantenido en el repertorio hasta hoy.

Lo mismo sucede con el independentismo: la música de Verdi no es el problema. Lo que falla es la obesidad moral de unos políticos mediocres que desprecian la inteligencia. Después de la pretendida solemnidad de la declaración de soberanía del Parlamento de Cataluña, el consejero de la Presidencia, Quico Homs, tuvo la ocurrencia de proponer que la consulta no sea vinculante y que puedan votar los mayores de 16 años.

Si en algo están de acuerdo las democracias del mundo es en que se vota a partir de los 18. ¿Todas? No, todas no, porque ahí va Quico Homs proclamando sus teenagers ideas. De modo que ahora tenemos un texto retórico que proclama una soberanía que nadie nos reconoce y una consulta no vinculante en la que puedan votar los menores: la música de Verdi no tiene ningún problema. «Di Provenza il mar, il suol, chi dal cor ti cancello?»

El problema son los periódicos subvencionados, los intelectuales comprados y tanta verdulera histérica, entrada en años y en carnes, que rebajan el nivel del debate hasta la indigencia. El independentismo como concepto no tiene ningún problema y puedes estar en cada caso más o menos de acuerdo, dependiendo del país y las circunstancias. El problema es que Violeta no es una vaca.

Ayer, algunos periódicos catalanes publicaban la foto de Jordi Miralles, comunista, que después de haber perdido su escaño y de haber dejado de ser vicepresidente del Parlament, ha vuelto a su antiguo oficio de cartero. El drama de Cataluña es que a la que rascas un poco sale el cartero. Si Mas volviera a lo que hacía antes sería un triste contable con manguitos. Peor sería el caso de Quico Homs, que nunca ha trabajado en el mundo real y pretende regir el destino de un país sin haberse bajado del coche oficial ni haber pagado una nómina.

Con semejante cutrez, con materiales tan defectuosos e ideas tan poco elaboradas, el único destino, el naufragio. Con cuatro cañas y dos contables no se puede desafiar a un Estado. No hay ley que pueda retener a un pueblo audaz y culto en su esfuerzo por ser libre, pero comportándote como un patán, lo único que te espera es el escarnio.

«Alfredo, Alfredo, di questo cuore non puoi comprendere tuto l’amore». Verdi es extraordinario y La Traviata también: el tiempo ya lo ha sentenciado. Como sentenciará, también, que en 2013 los catalanes independentistas no estuvieron a la altura de sus esperanzas, y que por eso fracasaron.

SALVADOR SOSTRES, EL MUNDO 26/01/13