El curioso ataque preventivo del PP contra Ciudadanos

EL CONFIDENCIAL  04/05/15
ANTONIO CASADO

· Se equivocan los estrategas del PP inoculando en el electorado la idea de que votar Ciudadanos es votar PSOE. Se equivocan más con la idea de que un futuro pacto de gobierno traería desgracias

La prisa de Susana Díaz por llegar a las elecciones del 24 de mayo ya investida como presidenta de la Junta –eso multiplicaría su poder negociador en la constitución de los ayuntamientos andaluces–, ha desencadenado un curioso ataque preventivo del PP contra Ciudadanos. La batalla de fondo es por la conquista del centro-derecha.

Fue la comedia política nacional del fin de semana. Bastó un principio de acuerdo entre la franquicia andaluza de Albert Rivera y los socialistas de la presidenta en funciones (verde, que te quiero verde) para que los primeros actores de Moncloa y Génova del PP tapizasen de rojo a Ciudadanos y le negaran su presunta condición de marca blanca del PP.

Vamos a la prueba testifical. El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, reclamó la exclusiva del centro, la moderación y el sentido común. La número dos del partido, María Dolores de Cospedal, calificó de “socialdemócratas” a Ciudadanos, y el portavoz parlamentario, Rafael Hernando, les colocó sin más en el campo de “las izquierdas”. Y, por su parte, el vicesecretario general, González Pons, calificó el acercamiento de Ciudadanos al PSOE como el germen de un futuro “frente popular” que, dijo, “significa rencor y revancha”.

A mi juicio, se equivocan los estrategas del PP inoculando en el electorado la idea de que votar Ciudadanos es votar PSOE. Se equivocan mucho más deslizando la peregrina idea de que un futuro pacto de gobierno entre ambos no traería más que desgracias. Ese discurso tira piedras contra el propio tejado, limita la capacidad de movimientos en el inevitable juego de las cuatro esquinas, baila el agua a los socialistas de Pedro Sánchez e incomoda a los propios votantes del PP, cuyo sentir es más afín a Ciudadanos que a ninguna otra fuerza política.

Ciudadanos es el socio preferido por la mayoría de votantes del PP y PSOE. Un ataque a un competidor electoral, pero no ideológico, disgusta a todos

Me baso en las meras razones estadísticas adelantadas hace un par de semanas por el instituto catalán GESOP (Gabinet d´Estudis Socials i Opinió Pública): Ciudadanos es el socio preferido por una amplia mayoría de los votantes del PP (72,1 %) y una mayoría de los votantes del PSOE, aunque no tan amplia (un 42,8, frente al 33,8 que prefiere a Podemos). Esto significa que este ataque desordenado a Ciudadanos, un competidor electoral pero no ideológico, disgusta a los votantes del PP y gusta a los del PSOE. Agrada incluso a los propios votantes de Ciudadanos que, igualmente consultados sobre sus preferencias en materia de pactos, se decantan mayoritariamente por el PSOE en un 47,8%, mientras que un 37,6% se decantaría por el PP.

De todos modos, como queda dicho, solo se trata de un ataque preventivo del PP contra la posibilidad de que, tras la fallida votación de investidura de la presidenta prevista para mañana (por mayoría absoluta, imposible de los imposibles), los socialistas negocien la abstención de los 9 diputados de Ciudadanos en una nueva votación, ya por mayoría simple. No serviría de nada si no se abstiene también Podemos, pero el PP ha ignorado esta meta volante poniendo luces largas a la reconquista de la Moncloa. Su histórico dirigente andaluz, Javier Arenas, se maliciaba este sábado que si PSOE y Ciudadanos llegan a un acuerdo en Andalucía, estaríamos en la “antesala de otro acuerdo a escala nacional”.

Una vez más, Dios ayudará a quienes dominen el centro. Pero me temo que el PP no ha orientado bien esta batalla.