EL CONFIDENCIAL 24/10/15
· Moragas ha recibido muchas propuestas de debate, pero el PP sigue sin aclarar su decisión. Se ha diseñado una campaña con menos mítines y más calle.
En Génova aseguran que el PP no dejará silla vacía en los debates electorales que se celebren, pero matizan que es «pronto todavía» para asegurar la presencia de Mariano Rajoy en los mismos. La cuestión, admiten en privado, es peliaguda y se estudian todos los riesgos. Más aún cuando, según los cálculos con los que trabaja la dirección, hay un 30% de los españoles en el grupo de abstencionistas e indecisos. Esto es, la campaña será decisiva para lograr un amplio margen con respecto a la segunda fuerza política en las urnas.
El pasado lunes, se configuró formalmente el comité encargado de la campaña, y que dirigirá Jorge Moragas con ayuda del histórico José Antonio Bermúez de Castro y los vicesecretarios generales. Aunque, desde bastante antes, Moragas está recibiendo peticiones de debates. Incluso una de Pablo Iglesias, que en la misiva se denominaba «candidato a la presidencia de España».
Según las fuentes consultadas, en los últimos comités de dirección que presidió -el del pasado lunes estuvo dirigido por María Dolores de Cospedal-, Rajoy no aclaró su posición con respecto a los rifirrafes televisivos. Si bien, desde su entorno, se da por descontado que mantendrá un cara a cara en TVE con Pedro Sánchez, al que considera su principal rival en las urnas. Por el contrario, se ponen bastantes trabas a la posibilidad de que el líder participe en un debate con más protagonistas, como Albert Rivera o el citado Iglesias.
La decisión, recalcan, no es firme, y podría variar dependiendo de la evolución de la precampaña y de la presión que el resto de formaciones ejerza. Aunque, desde la dirección popular se desliza que Sánchez también prefiere únicamente el debate a dos, aunque públicamente haya aceptado enfrentarse a cuantos rivales políticos sea necesario. «Busca que nosotros seamos los malos, pero él tampoco quiere», arguyen. Y añaden: «Habrá que ver qué dicen los partidos que hoy tienen representación parlamentaria y están siendo marginados del debate público. Si nos ocurriera a nosotros, protestaríamos».
Así, el plan inicial del comité de campaña es que al previsible debate a cuatro «o más» acuda no el número uno de la lista -Rajoy- sino el número dos -que, previsiblemente, será Soraya Sáenz de Santamaría-. Precisamente, al término del Consejo de Ministros, la vicepresidenta era preguntada por la espinosa cuestión: «Tanto el presidente como los ministros estamos bregados bastante en esto de los debates, entre otras cosas porque a lo largo de la legislatura muchos han sido los debates parlamentarios», contestó.
Sáenz de Santamaría recordó que «eso es una cuestión de los partidos que van a las elecciones». En otras palabras, que el encargado es Moragas, que tendrá que sentarse con Rajoy para ver los pro y los contra de los distintos escenarios. Si bien, la portavoz se mostró dispuesta a ayudar: «En todo caso, no lo haríamos -ir a los debates- como ministros, sino como miembros de una candidatura o por formar parte o militar en un partido». Y remató: «Estamos bregados, por lo que estaremos a lo que nos digan».
La campaña de Rajoy
Sea como fuere, Moragas promete una campaña muy distinta a la de las anteriores elecciones generales. Habrá menos mítines al uso y más calle, y la prueba se vivirá este mismo sábado, en la provincia de Alicante. En una misma mañana, Rajoy tendrá un encuentro con militantes en Finistrat, después visitará una asociación de mujeres y finalmente se desplazará a la localidad de Calpe para hacerse la foto en una asociación de «moros y cristianos».
Mientras, el lunes, responderá a las preguntas de los periodistas en una comparecencia tras el Consejo de Ministros extraordinario en el que convocará formalmente los comicios y, por la noche, se enfrentará a un seleccionado grupo de ciudadanos en TVE. Formato, por cierto, que ha despertado controversia incluso en el propio PP toda vez las cuestiones han sido grabadas con anterioridad. «Nos hemos cargado lo que parecía una buena idea», lamentaba un diputado en conversación informal.
De hecho, hay un sector del PP -incluidos varios barones territoriales y algún miembro de la cúpula- que cree que Rajoy debería arriesgarse, aceptar cuantos debates le fueran reclamados y dejarse de excusas. «Yo iría para dejar claro que no tenemos miedo y que Rivera será más guapo y tendrá mejor oratoria pero es fachada» porque «detrás no hay gestión ni experiencia», en palabras de una líder regional, que ponía todo el foco en el líder de Ciudadanos. «Para ganarlo todo, hay que arriesgar», remató. Esperanza Aguirre le recomendó que, haga lo que haga, recupere la bandera de los principios y los valores.