Aparentar o gobernar

TONIA ETXARRI, EL CORREO 26/06/13

Tonia Etxarri
Tonia Etxarri

· Suena a bilbainada. Pero el Gobierno de Urkullu habla muy en serio cuando presenta su programa legislativo que contiene un total de 29 proyectos de ley que pretende aprobar en cuestión de un par de años, antes de que las elecciones municipales y forales paralicen la vida institucional. Después de haber comprobado las dificultades con las que ha topado el Ejecutivo nacionalista vasco (perdón, lehendakari, por recordarlo) en la primera parte de su mandato, la pregunta obligada parece de manual: ¿logrará aprobar sus iniciativas en el Parlamento? Con sus presupuestos fracasados y con la ley derogatoria de la fiesta de Euskadi del 25 de octubre (sin proponer fecha alternativa) como «santo y seña» de la materia legislada hasta ahora, el Ejecutivo de Urkullu tendrá que sopesar si su mandato va a terminar siendo el del «gobierno anuncio» . O, finalmente, el pacto que está tejiendo con los socialistas puede acabar dándole cobijo y le permite pasar a limpio todos los deberes que va presentando en sociedad.

No cabe duda de que el lehendakari cumplirá con las fechas previstas y hablará ante sus señorías de la Ley de empleo público, la de la Administración, la modificación de la Ley de Cajas o la ley de cooperativas con la misma solemnidad con la que presentó el Plan de Paz y Convivencia redactado por el equipo de Jonan Fernández . Un plan que, por cierto, ha recibido tanto rechazo de la mayoría de partidos políticos que su creador debería ya dar la vuelta a su mensaje sobre lo contento que estaba por «la acogida» de su propuesta para dar paso a una reforma de su texto antes de llegar a la conclusión de que, quizás, ese plan, hoy por hoy, no es posible llevarlo a cabo. Porque tan importante es cómo un gobierno anuncia un proyecto como su capacidad para llevarlo a cabo.

De las 29 leyes del anuncio, se ha echado en falta la Ley de Trasparencia. Tan en boga en cualquier debate político moderno que se precie. Otras tres están ya hechas de la legislatura socialista. Pero la más complicada, sin duda será la Ley Municipal, que lleva esperando salir al ruedo parlamentario desde hace varias legislaturas. El último intento, el de Idoia Mendia con el Gobierno de Patxi López, se quedó en el ‘apartado’ porque el diputado general de Bizkaia no le allanó, precisamente, el camino.

Pero las mayores dificultades se darán entre el PNV municipalista y el foralista, con la sombra alargada de la reforma de la LTH proyectada entre esta iniciativa y la ponencia de «entramado institucional» creada entre el PNV y el PSE. Tampoco será fácil desbrozar el camino de la Ley de Aportaciones cuando se está pendiente de la negociación del cálculo del Cupo en el Congreso de los Diputados.

Aquí, en Euskadi, el éxito legislativo del Gabinete de Urkullu dependerá del avance de su negociación con los socialistas para lograr lo más parecido a un pacto de estabilidad. Después de anunciar y reunirse, tiene que acordar. De lo contrario, todo quedaría muy aparente pero irreal. No sería recomendable acabar siendo un «gobierno anuncio» por culpa de su minoría. Porque eso generaría mucha frustración.

TONIA ETXARRI, EL CORREO 26/06/13