Ay que sí que sí

JUAN CARLOS GIRAUTA, ABC 15/12/13

· La consulta trampa de «los ochenta y siete» se inspira en el álgebra booleana y en la magia con naipes «Los ochenta y siete» no alcanzan para reformar el Estatuto de autonomía… y quieren reformar la Constitución por retambufa.

La consulta trampa de «los ochenta y siete» se inspira en el álgebra booleana y en la magia con naipes. El que sabes engaña a todos a la vez, demostrando un gran sentido igualitario: centralistas, autonomistas, federalistas, confederalistas e independentistas están en el objetivo del gran embaucador. «Los ochenta y siete» que le dan palmas deberían ser considerados una sola cosa a partir de ahora; son los diputados con que cuentan, sumadas, las fuerzas que suscriben. ¿Son astutos o cándidos?

No sé, cada uno cree ser lo primero, pero eso es imposible. Por otra parte, los ochenta y siete no alcanzan, según la legislación catalana, para reformar el estatuto de autonomía. Sin embargo, sí alcanzarían, por lo visto, para reformar la Constitución Española por retambufa. Ojo con las mangas del ilusionista.

He aquí los grupos resultantes del árbol de decisión que despliega la consulta trampa, así como los que quedan fuera al talarse gratuitamente la rama del «No a un Estado catalán», cuando bien podían haber seguido preguntando por una Cataluña nacionalidad o región, por una región descentralizada o no, etcétera. La ventaja es que todo en el álgebra booleana nacionalista es gratuito. Vamos allá.

Grupo Sí-sí: Que sí, que sí. Que te digo que sí. Han colado a los independentistas una condición que jamás compraría ningún otro pueblo autodeterminante del planeta. Será que les falta la mala leche ex colonial. En idiomas como el francés –o el catalán ampurdanés– hay que negar dos veces para que algo se entienda realmente negado. Lo que no se conocía era un código que obligara a afirmar dos veces para dar por hecho que asientes. La estafa de Mas a este grupo consiste en ofrecer al votante dos oportunidades de descolgarse de la independencia en una misma consulta. Aunque fuera legal, jamás la ganarían los pobres ilusos.

Grupo Sí-no: Encaja con el carácter catalán, magistral y escuetamente resumido por Josep Cuní en su ya célebre «Sí pero no». Esta opción insólita, llamada a desbaratar el derecho comparado, es un gran regalo para los indecisos, para Unió, para las niñas caprichosas y para los federalistas del PSC que opten por no boicotear la consulta. Podríamos definirtan flojo «sí», tan desganado « s í » , como el sí de las niñas. Dada su incoherencia, atraerá a las gentes del común, que jamás se han planteado el asunto: «¡Coño, sí, pero no; para compensar!» Este grupo no necesita ser estafado porque es, en sí mismo, una estafa. A Mas le ha bastado con hacerle un hueco.

Grupo No: Tienen derecho a sentirse discriminados, pues su respuesta corta la comunicación con el poder tontorrón –tan locuaz con otros– como si se colgara el teléfono. «¿No? ¡Pues a tomar viento!» Es un grupo estafado con la premura de votar, tan extemporánea, cuando lo único que podemos hacer fuera de un referéndum legal sobre la independencia es boicotearlo todo, sin piedad. Pasaremos ahora a los grupos inexistentes pero concebibles:

Grupo No-No: Al negarnos esta vía («No quiero un Estado y no quiero un Estado independiente») se creen muy listos y vienen a decirnos que lo primero presupone lo segundo. Pero hay quien desea negar dos veces al Estado catalán, y hasta tres. Además, también el «sí» a la primera presupone el «sí» a la segunda y bien que les dejan pacer fuera de la lógica y del diccionario.

Grupo No-Sí: Si cree usted que no se puede estar contra el Estado (catalán o no), y a favor de crear uno (catalán), es que no se ha paseado por los bares de Gracia.

JUAN CARLOS GIRAUTA, ABC 15/12/13