FÉLIX DE AZÚA-EL PAÍS

  • Los inmigrantes que llegan al Reino Unido se ven ahora aún más humillados teniendo que memorizar una sarta de embustes

En la Edad Media el poder terrenal de la Iglesia era absoluto y se basaba sobre todo en tener a la gente divinamente engañada. No lo puedo asegurar, pero hay una alta probabilidad de que el siglo XXI sea conocido como “el siglo de la mentira”, una repetición de la Edad Media ahora con ejército inmaterial. Ello ha sido posible gracias a la destrucción de la educación llevada a cabo por todos los centros de poder a fin de gobernar con mayor facilidad.

Sin duda, estos primeros 20 años son una admirable farsa incluso allí en donde antes mentir estaba mal visto. He leído en un extenso artículo de Frank Trentmann, Britain First (está en la Red) las majaderías que los inmigrantes han de estudiar para asimilarse a los británicos. El autor conoce bien el texto (Life in the UK) porque él es uno de esos profesores de origen alemán que tuvieron que estudiarlo para ejercer. Hay aspectos cómicos como decir que el Día D “los británicos invadieron Europa”, olvidando que lo hicieron con las tropas aliadas. Otros tienen menos gracia, aunque sean igualmente detestables, como el blanqueo de los nazis y de Hitler eliminando cualquier mención del Holocausto.

También callan los crímenes del Imperio colonial y desaparece cualquier rastro de esclavitud en la isla. El Reino Unido parece una limpia patena, sin tacha de jingoísmo. El documento, editado por el Ministerio del Interior (Home Office), está a la sombra del Brexit en esta nueva y ridícula redacción patriotera. Los inmigrantes que llegan a Gran Bretaña se ven ahora aún más humillados teniendo que memorizar esta sarta de embustes. La denuncia de Trentmann exigiendo su retirada la firmaron 180 historiadores profesionales. ¿Alguien imagina algo semejante en Cataluña o el País Vasco?