Del Blog de Santiago González

Dina Bousselham había sido asesora íntima de Pablo Iglesias en los buenos tiempos del Parlamento Europeo. En octubre de 2015 denunció que le había sido robado el teléfono móvil que ella había confiado a su acompañante, que para entonces, lo aclaramos para cortar de raíz cualquier especulación malintencionada, no era Pablo Iglesias.

Resultó que la tarjeta contenía fotos de naturaleza íntima y conversaciones de Iglesias con. distintos colegas, entre ellos, Juan Carlos Monedero, con quien tenía la siguiente comunicación:

«No me gustan los niños, ni la familia, ni pasear por el parque, ni vestir bien, ni que me paren las viejas ni que franquistas asquerosos me digan ole tus cojones. Y con la política de mayorías me pasa lo mismo que con el sexo de mayorías…. No me la pone dura (…) Soy un marxista algo perverso convertido en un psicópata» Juan Carlos Monedero citaba a la periodista Mariló Montero, y Pablo Iglesias replicaba: «la azotaría hasta que sangrase… Esa es la cara B de lo nacional popular… Un marxista algo perverso  convertido en un psicópata».

La tarjeta de Dina fue a parar a Interviú, sin que la publicación pensara publicar la noticia, por lo que Antonio Asensio llamó a Pablo Iglesias el 20 de enero de 2016 para que viera el contenido de la tarjeta en un ordenador que le cedió el editor. Después, el secretario general de Podemos se llevó la tarjeta que estaba en perfecto estado, con un  adaptador. Unos meses más tarde Eduardo Inda publica en Vox Populi las ensoñaciones de Iglesias con la periodista Montero. Entre tanto, el entonces comisario Villarejo dirige un requerimiento al director de Interviú para que ponga a su disposición el contenido de la tarjeta porque lo considera de interés policial, lo que hace el requerido Alberto Pozas. Ella amplió la denuncia por robo, pero no dijo a la policía que su jefe le había devuelto la tarjeta. Durante todo ese periodo, Iglesias no le dijo a Bousselham que estaba en posesión de su tarjeta.

El 27 de marzo de 2019, Pablo Iglesias y Dina Bousselham comparecieron ante el juez Gª Castellón. Aquel día, la ex asesora , negó al juez que ella hubiera entregado el contenido de la tarjeta a nadie. Pablo Iglesias aprovecha la ocasión y cuenta a los periodistas que esperaban en la puerta la teoría de la conspiración: “Una de las mayores vergüenzas de nuestra democracia es la existencia de una trama criminal que vincula a policías corruptos a medios de comunicación y a grandes empresarios. Desde aquí voy a reiterar el compromiso de nuestra formación política con la ley con las instituciones y con limpiar nuestra democracia de basura. Como se trata de un procedimiento bajo secreto de sumario entiendan que hoy no puedo decir nada más”.

El lunes pasado, Dina Bousselham, que acababa de estrenarse como directora del libelo que le había encargado Iglesias para difundir bulos contra sus adversarios. Manuel García Castellón se sorprendió por el hecho de que no hubiera notificado a la policía que su jefe le había entregado la tarjeta tanto tiempo atrás. El juez preguntó si habría obrado igual en caso de que le hubieran robado el coche. Ella admitió entonces lo que había negado un año antes: que hizo pantallazos de la información y se las envió a los suyos, y que la tarjeta que le devolvió Iglesias estaba inservible. El vicepresidente segundo tendría que dar cuenta de todo este belén. Dina Bousselham debe de ser una feminista algo rara para difundir urbi et orbi las fantasías del macho alfalfa sobre otras mujeres. Y a estas alturas no se comprende que la ministra de Igualdad  no haya hecho una advertencia severa a su novio: “Y que no me entere de que sueñas con azotar a otra que no sea yo misma, imbécil”.