Margallo invoca la ley y Junqueras se encomienda a la negociación política

ABC – 24/09/15

· El ministro y el líder de ERC protagonizaron un correcto cara a cara que evidenció las debilidades jurídicas del discurso independentista.

Posiciones irreconciliables, pero respeto mutuo. El cara a cara entre José Manuel García-Margallo y Oriol Junqueras, adversarios políticos unidos por una amistad labrada en Bruselas –ambos fueron eurodiputados–, permitió al ministro de Asuntos Exteriores desgrabar argumentos jurídicos sobre la permanencia de Cataluña en la UE, mientras que el presidente de ERC se agarró a un discurso más sentimental. El primero invocó razones legales, mientras que el segundo se encomendó a la buena voluntad política de un club europeo e internacional que, a lo largo de esta campaña electoral previa al 27-S, ha reiterado que una hipotética Cataluña independiente sería expulsada de la UE.

García-Margallo «Un miembro de su candidatura (alusión a Artur Mas) comparó a los catalanes con los negros de Alabama» «Si un amigo se tira de un puente le aviso de lo que le puede pasar. No es el discurso del miedo» «¿Me está diciendo que van a apelar a la Constitución española para seguir en la UE?»
Junqueras «Ustedes recurren al cuento de la lechera a la inversa, hacen profecías apocalípticas» «Logran declaraciones de dirigentes internacionales a base de presiones, algo que nosotros no podemos hacer» «Somos contribuyentes netos de la Unión Europea, no le interesa ponernos aranceles»

El debate, muy técnico en algunos momentos, fue emitido en «prime time» por la televisión privada catalana 8TV. Abrió fuego el miembro del Ejecutivo de Mariano Rajoy, quien se dirigió a los catalanes que no quieren la ruptura y «que nos piden que no nos dejen solos». Se refirió a «la pasión» de algunos argumentos a favor de la secesión que, según dijo, hay que analizar con argumentos razonables. En este sentido, citó las recientes reflexiones de dirigentes europeos sobre la «autoexclusión» de Cataluña en caso de separación. Negó que esas advertencias formen parte de un dicurso del miedo. «Si un amigo se tira por un puente, yo no le sigo y le advierto de lo que puede pasar», dijo.

Junqueras negó que los catalanes vayan a perder su condición de españoles, mientras que la condición europea «quedará ligada a esa nacionalidad española». Algo que, según dijo, queda protegido por la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos. El ministro replicó que «la ciudadanía europea no es algo abstracto, va ligado al Estado, según los tratados europeos». Por tanto, la independencia de Cataluña «supone renunciar a la nacionalidad española». Puso de ejemplo el caso de Argelia, «que tras su independencia de Francia, no pasó a formar parte de la unión Europea». Al respecto, Junqueras recordó que los argelinos que asi lo quisieron, pudieron conservar la nacionalidad francesa. «¿Usted me está diciendo que los 7,5 millones de catalanes van a pedir el amparo de la Constitución española para permanecer en la UE?», preguntó sorprendido el jefe de la diplomacia española.

Junqueras acusó al Gobierno de lograr declaraciones de mandatarios euroopeos «a base de presiones, algo que nosotros no podemos hacer» e insistió en la tesis de que no hay tratados que prevean un mecanismo de exclusión. Aseguró que hay jurisprudencia que contemplan una negociación y mecanismos para redefinir las estructuras de los estados. «¿No sería mejor apelar a la posición del presidente de la Comisión Europea, que es el encargado de interpretar las normas europeas?», propuso el ministro, en alusión al presidente de esa institución, Jean Claude Juncker, quien afirmó que el Parlamento catalán no puede declarar la independencia.

«Simpatías»
Recordó a Junqueras que un nuevo Estado necesita del reconocimiento internacional, algo dificil pues ni China, ni Francia ni Estados Unidos, por ejemplo, son proclives a la secesión de Estados. Por contra, el candidato de Junts pel Sí aseguró que el derecho a la autodeterminación de Cataluña es mirado con simpatías.

Respecto a los efectos económicos de una supuesta independencia, Margallo recordó el gran volumen de exportaciones que Cataluña dirige hacia el resto de España, y los obstáculos arancelarios que tendría si sale de la UE. El declive comercial provocado por el «efecto frontera» favorecería unn aumento del paro que pasaría del 199 al 37%, lo que reduciría las cotizacio-nes y se pondría en peligro las pensio-nes y las prestaciones sociales. Tam-bién avisó del riesgo de un «corralito» bancario.

Junqueras calificó este discurso dee «cuento de la lechera a la inversa, sonn profecías apocalípticas», y reiteró quee Cataluña no saldrá de la UE ni se im-pondrán aranceles. «Somos un contri– buyente neto de la UE, a la que no le interesa que nos pongan obstáculos. hemos batido el récord de inversiones extranjeras en Cataluña». El momento más tenso fue cuando Margallo le recordó a Junqueras que Artur Mas comparó la situación de los catalanes «con los negros de Alabama», mientras que el republicano acusó al Gobierno de no demostrar su cariño por España y utilizar un discurso de exclusión. El ministro se mostró partidario de «catalanizar España», pero los independentistas «solo quieren romper España».

El cara entre Margallo y Junqueras había levantado una enorme expectación. Y también una cierta preocupación en el PP, dado que podría dar alas a los argumentos secesionistas –aseguran que la participación del ministro eleva a Cataluña a la categoría de Estado–. El hecho de que este cara a cara tuviera lugar en una televisión privada, perteneciente al Grupo Godó –que edita el diario la Vanguardia–, sensible a los postulados independentistas, no era considerado un escenario ideal para el ministro.