EL MUNDO – 24/03/15
· El Partido Conservador británico anunció ayer una ofensiva sin precedentes contra el yihadismo, con la persecución de los «profetas del odio», órdenes de arresto por «disrupción extremista» y la posible prohibición de los 85 tribunales de la ley islámica (sharia) que se estima que funcionan en el país y que podrían «estar en contra de los valores británicos».
La mano dura anunciada por Theresa May, ministra de Interior y dama de hierro de David Cameron, quedó, sin embargo, diluida a las pocas horas por un rocambolesco episodio protagonizado por el candidato a diputado musulmán y tory, Afzal Amin, acusado de conspirar con el grupo de ultraderecha Liga de Defensa Inglesa (EDL) para contribuir a la tensión racial y sacar partido político.
El Partido Conservador le abrió automáticamente expediente disciplinario y Amin tuvo que renunciar a su candidatura por el condado de Dudley del Norte. El ya ex candidato musulmán fue acusado por el ex líder de la EDL, Tommy Robinson, de haber planeado conjuntamente una manifestación en protesta por la construcción de una mezquita. Según los planes, Amin debería haber mediado en el conflicto y haber logrado evitar en último extremo la protesta. A cambio, el candidato tory se había comprometido a defender en el Parlamento la agenda del EDL, el grupo de ultraderecha involucrado en decenas de episodios violentos y racistas en la última década.
El caso Amin, a falta de apenas seis semanas para la cita con las urnas del 7 de mayo, ha dejado en entredicho las auténticas intenciones del Partido Conservador, en el momento de presentar la piedra angular de su manifiesto electoral. Asumió el envite en primera persona Theresa May, la más firme candidata (en rivalidad con el alcalde de Londres, Boris Johnson) a suceder en el liderazgo conservador a David Cameron, que ayer anunció que no se presentará para un tercer mandato dentro de cinco años.
«El juego se ha acabado para los extremistas», dijo May, parafraseando al ex premier laborista Tony Blair tras los atentados de 2005 que dejaron 52 muertos y 700 heridos en las calles y en los túneles de Londres. «El Reino Unido no tolerará la conducta de aquéllos que rechazan nuestros valores», agregó la política conservadora, a quien muchos empiezan a ver como la reencarnación de Thatcher.
May propuso directamente a las comunidades islámicas que suscriban «un pacto contra el extremismo», y advirtió al mismo tiempo de que todo el que no suscriba ese pacto puede tener que hacer frente al peso de la ley en un futuro.
La secretaria de Interior pretende trazar una línea roja entre el derecho a la libertad de expresión y la incitación a la violencia, y recordó el precedente de Abu Hamza (sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos) y el más reciente de Anjem Choudary, vinculado al grupo radical Al Muhajiroun, cuyas prédicas sirvieron de inspiración a Michael Adebolajo y Michar Adebowale, los británicos de origen nigeriano que acuchillaron al soldado Lee Rigby en 2013, a la salida de su acuartelamiento en el barrio londinense de Woolwich.
Una de las propuestas más novedosas del manifiesto conservador es la revisión de los tribunales de la ley islámica (sharia) para determinar si son o no «compatibles con los valores de la sociedad británica». Según el think tank Civitas, podrían existir hoy hasta 85 tribunales de la sharia en el Reino Unido. El estudio asegura que existen 19 instituciones formales y «docenas» de tribunales informales alrededor de las mezquitas o incluso virtuales a través de internet.
May anunció un «plan de protección» contra el radicalismo en las escuelas públicas y puso sobre el tapete la trama Caballo de Troya para hacerse con el control del sistema de enseñanza en la ciudad de Birmingham e impulsar la agenda extremista, con la supresión de asignaturas como Música o Arte y la segregación de género en las escuelas.
El Partido Conservador pretende llevar la cruzada contra el yihadismo a las universidades, con una vigilancia especial de las sociedades islámicas como la de la Universidad de Westminster en Londres, donde estudió informática el presunto decapitador del Estado Islámico conocido como Yihadi John. La ministra de Interior prometió una ofensiva paralela contra los «crímenes de honor», como la mutilación genital femenina, además de la creación de una fuerza especial de oficiales para combatir el extremismo en las prisiones.
EL MUNDO – 24/03/15