Primera puesta en libertad de dos presos que reprobaron a ETA y han pedido perdón

DIARIO VASCO, 3/5/12

El juez acepta excarcelar a Pérez de Nanclares y Astarloa, integrantes del grupo de Nanclares

Dos exmiembros de ETA condenados en su día por delitos de sangre, alejados posteriormente de la disciplina de la organización terrorista y que han pedido perdón a sus víctimas por el daño causado accederán en breve a la libertad condicional, en lo que supone la primera excarcelación de reclusos integrados en el grupo disidente de Nanclares y que han recorrido todo el tránsito personal exigido por la ley para poder mejorar su situación penal. Así lo ha decidido el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis de Castro, quien ha otorgado la libertad condicional a Fernando de Luis Astarloa y José Manuel Fernández Pérez de Nanclares una vez analizados los informes favorables de Instituciones Penitenciarias y tras haber acreditado la sinceridad de la evolución de ambos internos. El magistrado notificará en las próximas horas la concesión de este beneficio a Astarloa y Fernández Pérez de Nanclares, el último trámite que faltaba para que pudieran abandonar la prisión.

Fernando de Luis Astarloa: Cumple 58 años de cárcel por asesinar al peluquero Agapito Sánchez Angulo en Portugalete en 1985 y también al taxista Juan José Uriarte en Bermeo ese mismo año. El preso, que fue expulsado de ETA por firmar en 2010 una carta crítica con la organización, ha cumplido tres cuartas partes de su pena, requisito obligado para acceder a la libertad condicional.

José Manuel Fernández Pérez de Nanclares: Se encuentra en tercer grado y solo acude a prisión a dormir, tras haber purgado también las tres cuartas partes de su condena. Fue sentenciado a 18 años por trasladar y dar cobijo a los etarras que mataron en Getxo en 1992 al guardia civil José San Martín Bretón.
Artículo 90 del Código Penal: Fija unos requisitos agravados para otorgar la libertad condicional a los presos por delitos de terrorismo. Éstos deben acreditar su «repudio» de la violencia, mostrarse dispuestos a colaborar con la Justicia y pedir perdón a las víctimas.

El itinerario vital cubierto por los dos exterroristas se ajusta a las previsiones marcadas por la legislación vigente, al tiempo que viene a constituir el paradigma de la reinserción que contempla el Gobierno de Rajoy en su nuevo plan penitenciario. Con un matiz: mientras quienes emprendan a partir de ahora ese camino de regreso de la actividad delictiva tienen ante sí la expectativa del acercamiento, quienes se fueron desmarcando de la banda armada hace unos años y pasaron a conformar la denominada vía Nanclares lo han ido recorriendo sin promesa alguna de mejoras penitenciarias; de hecho, el Gobierno del PSOE, coordinado con el Gabinete del lehendakari López, consideró que ésa -la falta de contraprestaciones expresas- era la manera adecuada de verificar la honestidad del paso dado por los reclusos críticos con la violencia, especialmente de cara a las víctimas. Tras algunas dudas, el Ejecutivo del PP asumió la validez de la vía Nanclares, flexibilizándola con la concesión para este año, por ejemplo, de permisos más amplios a Carmen Gisasola, al margen de la controversia a la que ha dado lugar la invitación para que participe en el congreso de la memoria organizado por el Gobierno Vasco.

Pena cumplida

Astarloa purga una condena de 58 años de cárcel por el asesinato del peluquero Agapito Sánchez Angulo en Portugalete en 1985 y por el del taxista Juan José Uriarte en Bermeo ese mismo año. En cuanto a Fernández Pérez de Nanclares, éste fue sentenciado a 18 años por el atentado que costó la vida al guardia civil José San Martín Bretón en febrero de 1992 en Getxo. El tribunal impuso la misma pena a su mujer, María Ángeles Pérez del Río, por colaborar en el asesinato, al considerar probado que el exetarra trasladó a los autores materiales de la muerte del agente el día de los hechos y que les dio refugio en su domicilio antes y después del crimen.

Ambos internos han cumplido ya el requisito obligado para acceder a la libertad condicional: haber purgado las tres cuartas partes de la condena impuesta. Y, junto a ello, han cumplimentado todo el recorrido -agravado- que exige el artículo 90 del Código Penal para que puedan salir de prisión los presos por delitos de terrorismo. Esto es, los dos han dejado constancia de manera expresa de su «repudio» a ETA y su violencia, se han mostrado dispuestos tanto a colaborar con la Justicia como a indemnizar a sus víctimas y han pedido perdón a éstas por el daño provocado. Y los dos han contado con los dictámenes preceptivos que acreditan su arrepentimiento. Este es el mismo itinerario que tendrán que protagonizar quienes quieran acogerse al plan de reinserción del Gobierno Rajoy.

El 20 de abril, Interior informó de que la junta de tratamiento de la cárcel de Basauri había propuesto al juez de Vigilancia Penitenciaria la inmediata salida de Fernández Pérez de Nanclares, que adelanta así su excarcelación alrededor de seis años. El exetarra representa uno de los únicos siete casos recientes de presos de ETA, todos ellos disidentes públicos, que han accedido al tercer grado penitenciario, régimen que obliga solo a dormir en la cárcel de lunes a viernes y que suele ser la antesala de la libertad condicional. Disfrutaba del mismo desde el pasado febrero.

En el caso de Fernando de Luis Astarloa, fue el anterior Gobierno socialista el que propuso su salida de la cárcel el 21 de diciembre, un día antes de la llegada del nuevo Ejecutivo. Astarloa fue expulsado por ETA tras firmar en enero de 2010, junto a otros cinco reclusos, una carta en la que renegaba de la organización. Desde hace año y medio goza de beneficios como acudir a prisión únicamente para dormir a pesar de no haber sido progresado de grado.

DIARIO VASCO, 3/5/12