Fernando Savater-El País

Sólo una cosa tenía clara: que ser antifranquista no era ser demócrata

Ni decir tiene que también en España muchos pensaban como Lyotard. Creían que liquidando a Carrero los etarras habían decapitado al heredero de Franco. Las ejecuciones luego de miembros reales o supuestos de ETA y el FRAP, juzgados sin las mínimas garantías, reforzaron las simpatías por la práctica terrorista. Mis dudas no hicieron más que crecer y hacerse más lúgubres. Sólo una cosa tenía clara: que ser antifranquista no era ser demócrata. Y que, como advirtió Albert Camus, en política son los medios los que justifican el fin.