EL MUNDO – 14/05/15
· Dimite el décimo de los 21 miembros del Consejo Político por discrepancias con Díez.
UPyD se acerca al ecuador de la campaña electoral bajo el riesgo de que su dirección se disuelva y se sustituya por una gestora. Los estatutos del partido obligan a que esto ocurra de forma automática si dimiten más de la mitad de los miembros del Consejo de Dirección elegidos en el II Congreso Nacional de UPyD. Y ya han abandonado la formación 10 de los 21 dirigentes elegidos en aquel cónclave, la mayoría por discrepancias graves con el rumbo decidido por Rosa Díez. Si se marchan dos más, la dirección quedaría disuelta y una gestora tendría que convocar un congreso extraordinario.
La última dimisión tuvo lugar el domingo
El hasta entonces responsable de Comunicación, Juan Luis Calbarro, anunció su renuncia y no acudió a la reunión del Consejo de Dirección del lunes. Calbarro prefirió, en conversación con este diario, no explicar públicamente los motivos de su dimisión. Pero fuentes del Consejo apuntan a que ha sido también por discrepancias con Díez y su equipo más próximo y por cómo están abordando la crisis del partido.
El pasado verano abandonaron el Consejo de Dirección los ahora eurodiputados Beatriz Becerra y Fernando Maura; en diciembre se fueron Luciana Miguel e Ignacio Prendes porque apostaban por no romper las negociaciones con Ciudadanos. Tras las europeas se produjo el gran éxodo, cuando dimitieron los diputados Irene Lozano y Álvaro Anchuelo, a los que acompañaron en su salida Rodrigo Tena, David Andina y, poco después, el portavoz en la Asamblea de Madrid, Luis de Velasco. Calbarro ha sido el último en engrosar la lista. Tras la dimisión de Calbarro, el responsable de Programa y Acción Política y anterior número dos del partido, Carlos Martínez Gorriarán, pasará a ocuparse también de Comunicación.
Fuentes de la dirección dan por sentado que no habrá más salidas. De hecho, el pasado lunes la dirección prefirió no entrar en la última polémica: la filtración de unos correos electrónicos personales de Irene Lozano (enviados desde su cuenta en Gmail) en los que ella baraja la creación de otro partido.
Para parte de la dirección de UPyD, estos comentarios pueden ser motivo de expulsión. Pero finalmente se impuso la tesis de no hacer nada durante la campaña electoral, para no perjudicar las ya de por sí maltrechas expectativas de UPyD. La propia Díez cegó todas las posibilidades de iniciar el trámite de su expulsión declarando públicamente antes del Consejo que el asunto de Lozano ni siquiera iba a tratarse.
La crisis de UPyD está afectando a su trabajo en las instituciones. Ayer, Rosa Díez renunció a hacer la pregunta que le correspondía a Mariano Rajoy en la sesión de control del Congreso. La espantada se produce 11 días antes de las autonómicas y municipales, cita a la que el partido se enfrenta con malas expectativas.
El Grupo Parlamentario de UPyD comunicó a la Cámara que la pregunta la formularía el portavoz adjunto, Carlos Martínez Gorriarán. Fuentes del partido explicaron que Díez no pudo preguntar «por motivos personales» que no explicaron.
Después de que se fuera Rajoy y empezaran las preguntas a los ministros, apareció Díez, que se sentó en su escaño. Poco después, sí pudo acudir a la presentación de la campaña Pasa la bola.
Todas las encuestas y estimaciones conocidas prevén que el 24 de mayo este partido desaparecerá de todos los parlamentos autonómicos que celebran elecciones y de la gran mayoría de los ayuntamientos de España. Estos resultados podrían ser la sentencia de muerte de una formación que nació hace siete años y medio para combatir el bipartidismo.
EL MUNDO – 14/05/15