Y el ardor

ARCADI ESPADA, EL MUNDO – 26/05/15

· Durante el año 1992, en torno de los fastos olímpicos, se produjo en Barcelona el inusitado reclutamiento de los voluntarios olímpicos. Como jamás había pasado en ninguna otra ciudad, y como jamás pasaría en ninguna otra, miles y miles y miles de personas colaboraron gratuitamente con la organización en una proporción, con una eficacia y con un entusiasmo que asombró al mundo. Veinte años después, y con el mismo afán, otro voluntariado, aún más numeroso, tomaba durante algunos domingos las calles de Barcelona para proclamar la independencia de Cataluña, con el mismo entusiasmo, la misma alegría y el mismo irreflexivo gregarismo.

Ayer, en las urnas, el fenómeno se reprodujo y una Ada Colau de la que nadie, incluida ella misma, sabe nada a ciencia cierta fue la más votada entre los aspirantes a ocupar la alcaldía de Barcelona. Una mujer sin partido, sin programa, con un lenguaje rudimentario y una visión del mundo soez se sentará en el mismo sillón que Rius i Taulet, Carles Pi i Sunyer o Pasqual Maragall. En su momento temimos que la Barcelona socavada por el peor turismo de Europa fuese un Lloret con ínfulas, pero jamás pensamos que cayese en manos de una demagogia cuyo único precedente municipal comparable es el del gilismo.

Algunas personas, incluso algunas buenas personas, quieren ver en la elección de Colau un freno a los planes independentistas. Es un error lamentable. Buena parte del arraigo independentista responde a la misma burbuja gregaria del voluntariado olímpico o de la erección de Colau. Gente que va donde Vicente 3.0. Se escriben tratados y tesis sobre sus presuntas ideas y nada sobre el aciago e incesante movimiento que las lleva de un lado a otro. Pero, más allá que los electores de Colau (y ella misma, que votó SíSí emperatriz en la consulta desleal), compartan con el secesionismo un puñado notable de gregarios, lo cierto es que el secesionismo está perfectamente instalado en el municipio de Barcelona, como Gobierno y como oposición. Y que la razón en ese consistorio, al que le han hecho un siete histórico, es ya pura disidencia frente al happening desencadenado.

El llamado proceso por la independencia no se ha frenado, entre otros detalles menudos, porque serán los votos de ERC y CUP los que harán alcaldesa a Colau, sí sí. Yo lo único que veo, francamente, es que la independencia se ha acharnegado. Comprendo que a los independentistas pata negra les moleste, y hasta por comprender comprendería incluso que dejaran correr la independencia. Porque comprendo que una independencia es, sobre todo, una limpieza.